lunes, 6 de abril de 2009

ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN: CANCER PREVENTION RESEARCH

Dieta rica en brotes de brócoli ayuda a reducir la colonización y atenuar la gastritis ocasionada por Helicobacter pylori en ratones infectados y seres humanos.

     Una investigación reciente, con 50 pacientes confirma por primera vez en humanos los beneficios que posee el brócoli (brecol) demostrado en ratones y en estudios celulares. Y es que esta hortaliza contiene una importante cantidad de sulforafano, un antioxidante natural capaz de proteger a las células de la inflamación así como de los daños que provocan los radicales libres.
Brócoli por Y_Era_Yo ♫♪
     Los estudios llevados a cabo por un grupo de investigadores han revelado que el isotiocianato sulforafano (SF) es un poderoso bactericida contra infecciones por Helicobacter pylori, bacteria fuertemente asociada con la pandemia mundial de cáncer gástrico. El isotiocianato sulforafano [SF; 1-isotiocianato-4 (R)-metilsulfinilbutano] es abundante en brotes de brócoli en la forma de sus precursores: los glucosinolatos.
     Cuarenta y ocho infectados por H. pylori  fueron los pacientes asignados aleatoriamente para alimentarse con los brotes de brócoli (70g / día, que contiene 420 mol de precursores SF) y con una dieta placebo durante 8 semanas.
     La intervención con los brotes de brócoli, pero no así con el placebo, redujo los niveles de los biomarcadores de la colonización por H. pylori y los biomarcadores de inflamación gástrica.
     Los valores recuperados (hasta los niveles en su estado original) de dichos biomarcadores  (2 meses después del tratamiento) mostraron que se reduce la colonización de H. pylori en ratones y mejora las secuelas de la infección en los ratones infectados y en los seres humanos. Este tratamiento parece mejorar la quimioprotección de la mucosa gástrica por H. pylori contra el estrés oxidativo inducido.

Fuente:
Cancer Prevention Research 2, 353, April 1, 2009.

LA DIETA QUE PROTEGE DEL ALZHEIMER

Diversos estudios publicados avalan el importante papel de algunos nutrientes para evitar el deterioro cognitivo y la demencia (entre ellas, el Alzheimer). Un trabajo realizado entre 8.000 franceses, apunta la receta para proteger el cerebro: pescado, aceites vegetales, frutas y hortalizas.

Pedazos de cotidianidad por DWY-1138.

     "Coma frutas y hortalizas todos los días, pescado al menos una vez a la semana y prefiera los aceites ricos en ácidos omega 3 (como el de canola, semillas de linaza o nueces) a los aceites ricos en omega 6 (girasol o semillas de uva). Además de los previsibles beneficios sobre la salud cardiovascular y el riesgo de cáncer, esta dieta podría contribuir a aplazar la demencia y el mal de Alzheimer", aconseja Pascale Barberger-Gateau, del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica francés (INSERM) y principal firmante del trabajo galo.

     La otra investigación, por su parte, concluye que los suplementos de betacaroteno (un precursor de la vitamina A, presente en las frutas y hortalizas muy pigmentadas, como el tomate) previenen el declive cognitivo —normalmente, precedente de la demencia— cuando se toman durante años.

     Hasta ahora, algunos trabajos habían sugerido que los antioxidantes (como es el caso del betacaroteno) se asociaban a una mejor función cognitiva. Otros estudios han visto que las personas que toman pescado tienen menos riesgo de Alzheimer. 

     'Necesitas al menos dos buenos hábitos' alimenticios para que la protección tenga efecto, dice uno de los investigadores

     Para aclarar el tema, los investigadores galos, que publican sus conclusiones en la revista "Neurology", analizaron los datos de 8.085 voluntarios, todos ellos mayores de 65 años. Durante tres años y medio, se recogieron sus hábitos alimenticios y periódicamente se evaluó su capacidad cognitiva. En este periodo se produjeron 281 casos de demencia (3,4% de los participantes), entre ellos 183 de tipo Alzheimer.

     Tres fueron los hábitos que reducían este riesgo: las frutas u hortalizas, el pescado y los aceites vegetales, ambos ricos en ácidos grasos omega 3. Las bondades del pescado, sin embargo, no se detectaron en personas con predisposición genética a desarrollar Alzheimer (portadores del gen ApoE 4). Curiosamente, otros alimentos (como las carnes rojas) que se suponía que afectaban a la demencia no tuvieron efecto alguno.

     La mayor incidencia de demencia se registró entre aquellos con una peor dieta (poco pescado, frutas, hortalizas y aceites vegetales), entre los que se dieron 39 casos de demencia (5,7% de las personas de este grupo). Por el contrario, sólo el 1,8% de los voluntarios con los tres hábitos 'neuroprotectores' y el 2,6% de aquellos con dos (frutas y hortalizas más alguna fuente de omega 3, ya fuese pescado o aceites vegetales) desarrollaron una demencia. Sin embargo, un único hábito saludable no tenía ningún enfecto sobre este deterioro.

     Este es, precisamente, uno de los resultados más destacados del trabajo: "Necesitas al menos dos buenos hábitos", explica Barberger-Gateau.

EVITAR QUE EL CEREBRO SE "OXIDE"

     "Probablemente exista una interacción entre los antioxidantes y los omega 3: los primeros contribuirían a proteger a los ácidos grasos de cadena larga [componentes de las membranas neuronales] de la oxidación, a la que son muy sensibles. Al mismo tiempo, los ácidos grasos [del pescado y los aceites vegetales] tienden a reducir el nivel de inflamación del cuerpo, un problema que agudiza el estrés oxidativo. Tanto el estrés oxidativo como la inflamación están implicados en el origen del Alzheimer", aclara el investigador galo.

     Precisamente, el segundo trabajo analizó los efectos de administrar un suplemento con propiedades antioxidantes: el betacaroteno. Los datos se basan en un estudio con unos 4.000 varones, que inicialmente tenían 56 años, diseñado en principio para ver los efectos de este nutriente sobre el riesgo cardiovascular y de cáncer.

     Los test cognitivos mostraron que los voluntarios que consumían betacaroteno a largo plazo (una media de 18 años) puntuaban mejor en pruebas cognitivas que los que tomaban un placebo (sustancia inactiva). Los efectos a largo plazo del betacaroteno fueron comparables a un retraso de un año o un año y medio en el envejecimiento cognitivo.

     Los autores reconocen que los evectos de la vitamina son "modestos", aunque recuerdan que "diferencias muy modestas en la cognición, sobre todo en la memoria verbal, predicen diferencias sustanciales en posibles riesgos de demencia, así que el impacto sobre la salud pública de esta medida podría ser grande", señalan en su trabajo, publicado en "Archives of Internal Medicine". Sin embargo, el editorial es algo más prudente: además de cuestionar algunos aspectos en el diseño del estudio, recuerda que estos suplementos sintéticos no están exentos de riesgos. "No hay justificación convincente para recomendar el empleo de suplementos antioxidantes para mantener el rendimiento cognitivo en adultos cognitivamente normales o con un deterioro leve", advierte la editorialista.

Fuente: El Mundo.es

Isabel Espino